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27 mayo, 2025En este artículo, aportamos las claves para la correcta detección y acompañamiento de mayores con depresión.
Según la Organización Mundial de la Salud, aproximadamente, el 14% de las personas adultas de 60 años o más viven con un trastorno mental, siendo la depresión y la ansiedad las afecciones de salud mental más frecuentes.
Aspectos como la pérdida de autonomía, de personas significativas, el hecho de ser consciente de que se inicia un proceso de deterioro cognitivo, estar atravesando un proceso de enfermedad, la falta de una red de apoyo o vivir en situación de soledad no deseada son factores que pueden incrementar el riesgo de depresión en personas mayores.
El acompañamiento diario a este colectivo es esencial para prevenir y detectar posibles casos de desgaste emocional, depresión o ansiedad y, en caso de ser necesario, derivarlos a los profesionales de la salud.
Porque, aunque la depresión en los adultos mayores sea una de las enfermedades más comunes en la tercera edad, hay que tener en cuenta que no forma parte del envejecimiento normal.
¿CUÁLES SON LOS SÍNTOMAS DE DEPRESIÓN EN LAS PERSONAS MAYORES?
A menudo, la depresión puede manifestarse en la tercera edad por tratarse de un momento de cambios emocionales y físicos, además de ser una etapa marcada por pérdidas significativas.
Para reconocer la depresión en las personas mayores, es necesario conocer los principales síntomas y señales de alerta que existen. Estos pueden ser:
- Sentir confusión o pérdida de memoria.
- Dificultad para concentrarse, recordar o tomar decisiones.
- Tristeza, obsesión con la muerte, pérdida de autoestima.
- Pérdida de peso y disminución del apetito.
- Falta de motivación y energía.
- Pérdida de interés en socializar o en las actividades que antes le gustaban.
- Aislarse de los demás, no hablar mucho y estar más irritable.
- Trastornos del sueño, ya sea dificultades para dormir, como tener somnolencia diurna o quedarse dormido repetidamente.
- Descuidar tareas y actividades básicas de la vida diaria, como pueden ser arreglar la casa o el cuidado personal (descuidar la higiene personal, olvidar medicamentos, saltarse alguna comida, la ropa puede estar sucia y arrugada…).
En Accent Social, ofrecemos formaciones a nuestros profesionales durante todo el año orientadas a capacitarlos en la detección y sensibilización, entre otros aspectos, de las necesidades emocionales de las personas mayores.
PISTAS PARA DETECTAR LA DEPRESIÓN
Susana Zafra, psicóloga de Accent Social, afirma que “las trabajadoras familiares y el personal auxiliar de limpieza, como profesionales de atención directa, pueden detectar cambios o incidencias, ya sea en la persona usuaria o en el propio domicilio. Que una persona de repente sea más desordenada o preste menos interés a su imagen personal, pase más tiempo en la cama o modifique sus rutinas diarias, son cambios que se deben ir registrando y hacer un seguimiento, porque si se alargan en el tiempo, debemos derivarlos a un centro de salud para descartar una depresión o un deterioro cognitivo”.
Aunque algunos de estos síntomas pueden parecer fáciles de reconocer, es difícil detectar la depresión en personas mayores, ya que puede confundirse con otras afecciones comunes en los adultos mayores como la demencia.
La psicóloga de Accent Social detalla que “cuando una persona se deprime, también se ven afectadas algunas capacidades como la atención o la concentración”. Además, el hecho de estar afligido o triste genera preocupaciones y pensamientos negativos que gastan mucha energía a quien lo padece; y, por tanto, se reduce la capacidad de concentrarse.
“Y si no atendemos bien, tampoco fijamos bien la información y, consecuentemente, también puede verse afectado el recuerdo”, añade.
LA IMPORTANCIA DE ACOMPAÑAR
Ante la sospecha de que la persona pueda estar entrando en un proceso depresivo o de deterioro cognitivo, es importante que sea valorada por un especialista, para que pueda ayudarla con el diagnóstico y el tratamiento.
“Ante esta situación, con mucho cuidado, hablamos con ella para que entienda la importancia del estado de ánimo y de cómo afecta a otros aspectos de nuestra salud. Posteriormente, la orientamos a pedir una cita al médico de cabecera para que valore su estado emocional y, en caso de que así lo considere el facultativo, sean derivados a otros recursos de salud”, determina Zafra.
La depresión puede afectar a cada persona de una manera distinta: no todo el mundo quiere hablar de lo que siente o se siente cómodo para expresarlo. Por eso, el acompañamiento es tan importante.
En este sentido, la psicóloga de Accent Social sostiene que “es importante normalizar que ante una situación difícil podamos sentirnos más preocupados y tristes, pero si esos sentimientos se sostienen en el tiempo o afectan significativamente a nuestra calidad de vida, debemos pedir ayuda para que nos den herramientas para salir de esta situación”.
En Accent Social, aplicamos un modelo de Atención Integral Centrada en la Persona, basado en el respeto y la dignidad de las personas, que promueve una atención personalizada, poniendo el foco en las preferencias de los y las usuarias.
Tanto desde los Servicios de Atención Domiciliaria como desde las Viviendas con servicios, se intenta llegar a las personas usuarias mediante los vínculos establecidos con los profesionales, y en las visitas domiciliarias se crean espacios individuales para que la persona pueda expresar cómo se siente y cómo podemos ayudarla desde el acompañamiento diario.
Además, en los servicios gestionados por Accent Social se organizan actividades, salidas y charlas para fomentar las relaciones y la creación de vínculos entre las personas usuarias, así como se crean espacios de interés en los que se realizan actividades significativas conjuntas. “Con estas actividades, no solo pueden distraerse y pasar tiempo con otras personas, promoviendo así su socialización, sino que también les ayudan a desconectar de su malestar”, considera Zafra.
Artículo publicado antes en GeriatricArea.